El día transcurrió sin mayores novedades aunque me invadió la
reflexión acerca del mundo y el sistema que hemos creado para
manejarlo, se me antojó pensar en la idea de ¿Cómo sería si nos
manejáramos e intercambiáramos de otra forma?, es decir, sin
dinero, que es la forma como se mueve el mundo hoy, es lo que hace
que tanta gente haga lo que hace y es lamentablemente la forma de
sobrevivir hoy en día, es a su vez la causa de muchas felicidades
efímeras y muchos sufrimientos prolongados, los que lo tienen lo
atesoran y quieren más, los que no lo tienen lo odian, aborrecen y
quisieran huir del mundo, los que más tienen se aprovechan de
aquellos que no tienen suficiente, pero no hay porqué juzgar, en
todo caso todos somos responsables de lo que es nuestra vida, esa
tendencia a culpar a otros de nuestra situación de vida es
simplemente la negación a nuestro propio llamado y a nuestra propia
sabiduría.
¿Se
puede vivir sin sufrir o depender del dinero?
Yo creo que lo que se ha entablado es una mala relación con este -el
dinero-, se le ha visto como un Dios y aquellos que le temen
simplemente no pueden permitirse tenerlo, o por lo menos no en
cantidades suficientes, aquellos que lo idolatran, y que le han dado
tanto poder en sus vidas, han perdido quizás su propia autonomía y
dependen entonces de poseerlo para poder sentirse completos. ¡Que
locura, que locura!, hay que volver a ser amigos del dinero. Gustavo
cree que es normal que esto suceda y él cree también que el dinero
es realmente el lenguaje universal porque es la forma cómo se
intercambian servicios, conocimientos y valor con otros en cualquier
parte del mundo, de otra forma sería un caos total o tomaría miles
de años volver a lograr que todo el mundo comprenda la nueva forma
de intercambio, es todo cíclico dice él y quizás estamos en un
punto de la curva donde cambios empezarán a ocurrir.
Yo sigo pensando que el problema no está en la forma cómo se hace
el intercambio si no en las intenciones que se inyectan a esos
intercambios, lo que hay detrás de querer ofrecer ese servicio, ese
conocimiento o ese valor, ¿Codicia, avaricia, deseos de poder,
mezquindad? O acaso ¿Deseos de ayudar, bondad, generosidad,
bienestar para el prójimo? Son dos energías distintas las que se
manejan en estos casos y los resultados también serían distintos.
El mundo y la evolución del mismo están basados en la competencia,
en demostrar que ¨Yo¨ soy mejor que ¨tú¨ y entonces eso ha
desatado abiertamente la tendencia de lograr ¨mis¨ propósitos a
costa de lo que sea -sufrimiento de otros, del medio ambiente, de los
animales, de la sociedad- pero mientras haya demanda y un público
que espera ese producto o servicio entonces habrá necesidad de crear
esa situación, la modernidad nos ha mostrado un mundo atractivo
lleno de cosas con forma bellas que muchos desearían llevarse a
casa, comprar y acumular -ropa, artefactos eléctricos, autos, lujo,
placeres, aparatos electrónicos, alimentos procesados, la sensación
de sentirse especial o mejor que otros, etc…- todo lo envuelven en
paquetes tan atractivos que caemos como moscas y entonces aquellos
que no poseen el medio -dinero- de como adquirir esas hermosas cosas
con forma inician su sufrimiento, o lo extienden en otros muchos
casos, es tanta la adicción por adquirir cosas que muchos llegan a
endeudarse de por vida sólo para tenerlas pero ¿Vale todo esto la
pena?
Cada
día la gente está más desconectada de si misma ya no saben
realmente qué es lo que les hace feliz, buscan y buscan fuera,
compran y compran cosas, cambian y cambian de pareja pero siguen
igual de vacíos y desconectados, siguen sintiéndose solos ¿Dónde
esta la falla? A
mi parecer le han dado mayor importancia a lo externo y han
descuidado lo interno, se han hecho sordos para oír la voz de su
propia guía interior ¿Cómo
recuperarla? Volviendo
a lo básico y retomando ese contacto interno ¿Estarán
dispuestos? Algunos
si otros no. Es a veces triste pero así funciona también el ciclo
de la vida unos avanzan, otros se quedan en el mismo punto y otros
retroceden. Los que están listos están listos. Los demás seguirán
pensando que no lo están.
Yo
me siento impotente en toda esta situación, quizás muchos otros
también, busco elegir donde invertir y gastar mi dinero para apoyar
los pequeños comercios, aquellos productores que tienen una
verdadera linea de pensamiento de cuidar y no de destruir pero cada
día me convenzo más de que cuando una empresa es pequeña y se le
incentiva a crecer, -por la demanda-, pierden totalmente su misión
inicial, si los dueños no están realmente conectados consigo mismos
pueden perder la verdadera intención de cuidar y empezarán a
destruir también. ¿Es
acaso el dinero el culpable? No
lo creo, yo creo que eso viene de la debilidad y de la necesidad de
competencia y de demostrar que ¨yo¨ soy mejor que ¨tú¨ que es la
dinámica actual del mundo.
H.
H.
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