jueves, febrero 05, 2009

Peleas internas como príncipe

La Tolerancia es natural. Va con el Sí esencial que nos impulsa al cambio fluidamente y a la integración. La Tolerancia es un requisito de la libertad, que es propia de la vida humana. No es una ofrenda ni un sacrificio por los demás,
Podemos tener una actitud de Tolerancia elaborada, aprendida, estructurada e intelectual, que no tendrá nunca la calidad y la riqueza de aquella que nace del corazón
La Tolerancia es también "un margen de aceptación". Su límite es sin duda la moral, entendida como los principios determinantes del tipo de relaciones en que se va a desenvolver un grupo humano, con sus valores consecuentes.
La Tolerancia es de proyección social, va con una mejor comunicación, con la integración y con el desarrollo personal, pero no cabe en nuestro mundo interno en función de la vida considerada como perfeccionamiento constante. En nuestro mundo interior, tendrá que reinar la Tolerancia cero con nuestros vicios, nuestra ignorancia, nuestra cobardía, nuestras supersticiones, nuestro egoísmo, nuestro divorcio del espíritu de verdad.
La sabiduría milenaria de oriente nos trae un simbolismo al respecto. Dice Krisna a Arjuna en un capitulo del Bhagavad Gita: "Recupera tu trono y tu reino, Príncipe. Corta cabezas. No te importe que ellos sean tus parientes, tus amigos de la infancia, tus maestros o instructores. Tu deber primordial es recuperar tu reino y tu trono sin debilidades ni contemplaciones. Ataca, Príncipe."
El trono que debe recuperar el príncipe Arjuna es el control sobre sí mismo, su nivel de conciencia, el protagonismo de su propia vida.
Aquellos a los cuales el Príncipe debe atacar sin contemplaciones para recuperar su trono son, sin duda, los enemigos internos con los cuales convivimos y llegamos, incluso, a acostumbrarnos y a encariñarnos y ante los cuales, como se dijo, cabe aplicar la tolerancia cero.

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